Las cosas a veces no vienen como uno quiere. En éste caso lo que ha venido es un catarro de tres pares de pelotas.
En el piso que comparto con un franchute y dos polacos (tío y tía, ya hablaré de ellos algún día ^^;) se ve que hay algún virus de la gripe, ya que el chavalito galo la pillóa hará una semana. Afortunadamente no me pasó nada, y es que habría sido terrible tener la gripe con las rodillas cascadas y no poder ir a entrenar.
Hasta ayer, los tres inquilinos estaban todo el día tosiendo y estornudando. Pues bien, esta madrugada me he despertado con unos pedazo de mocos verdes pegados en la garganta que no me dejaban no respirar. Después batallar un rato me conseguido volver a dormir hasta las 7, hora de levantarse a entrenar. He conseguido entrenar más o menos bien, pero es muy molesto.
Pues bien, lo que decía, como las cosas no las elegimos cuando van a venir, hay que adaptarse a lo que hay y ver el lado positivo. Por lo menos las rodillas ya están mucho mejor, es decir, ya vuelve a ser funcionales. Así que a centrarse en eliminar a los invasores! (^o^)
A las 15:00 me toca la siguiente clase con Kobayashi. Me gusta éste profesor, ya que hace las técnicas muy básicas y es de los que cogen a todos como uke y corrige los fallos que tienes. Éso siempre es de agradecer, ya que estamos para aprender no para demostrar quién saber más… tal y como pasa en mucho lugares de España, dónde la soberbia les impide ver más allá de 2 cm de sí mismos.